sábado, agosto 27, 2005

Retorno al pasado

Hay cosas, personas, situaciones... que parecen introducirte en el túnel del tiempo. Generalmente el túnel conduce al pasado (así ocurre en la película de Jacques Tourneur cuyo título he tomado prestado para titular esta entrada de la bitácora; también con la archifamosa magdalena de Proust). Y así me ocurrió antesdeayer jueves 25 de agosto de 2005 (un día después de celebrar otro hecho de mi vida pasada que tal vez algún día, si viene al caso, relataré), y además por dos veces. Me explico, pero sólo con imágenes.

Iba uno a por el pan muy de mañana cuando a la puerta de un supermercado vi en forma de bicicleta apoyada sobre la pared lo que es una estampa de nuestro reciente pasado ciclista: pobre, solemne, ingenioso y soleado. Más detalles: 1 - 2 - 3 (sin palabras).

Y por la noche volvía hacia casa cuando, ¡oh!, ¡por todas las behaches del mundo!, ¡qué creéis que vieron estos mis ojos que habrá de comerse la tierra!, sí, sí, por la llamada en Benavente carretera del Caracol, a Mario, el asturiano, el asturcón (bueno, ya será sólo caballo matalón ;)), aquel que antaño pedaleaba retozón por los rincones más recónditos de la cordillera Cantábrica. Que lo sepan los asturcones: ¡Mario ya "pedalea", y no únicamente por la calle de Los Carros, como ha venido haciendo durante meses! Iba acompañado por un conocido Lopenta, de cuyo nombre no quiero acordarme, pero que ha mucho tiempo vive en esta villa, y es de los de cámara antigua, verbo fácil y colorido maillot. Véase.